Donde duerme mi fe, región de fieras,
en la cima selvática y sagrada
donde toda la sed es marejada
y las dudas del ser se vuelven meras;
donde cabalgo, agreste, las quimeras,
volcánica amazona enamorada;
donde sabe tu luna demorada
mi costumbre tenaz en las esperas...
Allí, donde me sabes templo ardido,
esclava de tu amor y de tu olvido,
allí, donde te nombro sin urgencia:
rosa de toda luz, tierra tan mía,
horizonte de piel que funda el día
sobre la eterna noche de la ausencia.
MARIANA FINOCHIETTO.
Buen soneto. Te sigo.
ResponderEliminarSaludos.
Marina Centeno.
Mujer adentro, donde ocurre lo inesperado, lo que no se ve, lo que no delega!!
ResponderEliminarUn bellísimo soneto.
Felicito a su autora!!
Beso.
Daniel.
QUE TALENTOSA PROFUNDIDAD......ALITO
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