que niega la certeza
del abismo,
del que no teme
otra cosa
que al llegar la mañana
lo encuentre despierto.
Pobre de aquel
que no ha visto en los espejos
las máscaras
de sus monstruos
habitar
piel adentro.
Pobre de aquel
que no ha caminado
en
sus infiernos.
MARIANA FINOCHIETTO.