como una fruta única y oscura,
y es un feliz enigma mi ventura:
laberinto que brota de tu mano.
Porque es mío tu amor es inhumano,
dura rosa de sed, febril y pura;
es un acto de fe que en su premura
el límite de dios torna profano...
Hombre que quise y quiero, ángel triste,
sabio rumor de vida que persiste
crucificando olvidos y memoria...
Hombre de mi verdad, raíz de vientos:
es tuya esta mujer de sueños cruentos
que desnuda la noche por tu euforia.
MARIANA FINOCHIETTO.
sublime
ResponderEliminar